La semana pasada, mientras le daba el lavado de cara a la WEB, por cierto, espero que te haya gustado su transformación, estuve leyendo varios artículos en los que daban consejos de todo aquello que como escritora debiera hacer para atraer la atención de las lectoras.

        Uno de los tips más repetidos en todos los artículos y, por todos los gurús en RRSS es el tener tu propio estilo. Algo que creo tenerlo desde que, hace la friolera de 14 años, abrí el blog de Cuando olía a vainilla y, fui a contracorriente. Sí, porque la gran mayoría de madres hablaba del maravilloso mundo de la maternidad, mientras que yo con ironía contaba todas las locuras provocadas por el que siempre será mi eterno Comando Piojo. Yo soy la misma, aquí que cara a cara, de hecho, cuando he conocido a alguna lectora justo eso es lo que me han dicho, algo de lo que me siento muy orgullosa. Para bien o para mal, me muestro tal y como soy.

     El segundo consejito era, hacer preguntas directas a las lectoras, dirigirme directamente a ti, para que así tú interactuaras conmigo y transformaras mi monólogo en un diálogo. Al leer, ese segundo consejo mi ceja empezó a temblar, pues, no me revelaba nada nuevo. Yo esperaba conocer el secreto secretoso, que diría el que, muy probablemente, sea mi personaje más querido.

¿Me equivoco al considerar a Diego, el pirata, como el más querido de mis personajes? 

     Y me encuentro que yo misma podría haber escrito todos los artículos leído, porque, como bien dice el dicho, no hay dos sin tres y, sí, hubo una tercera coincidencia: responder los comentarios de las lectoras de manera agradable. Y oye, a veces tardo en responder, afortunadamente, el móvil no es una extensión de mi cuerpo, pero contestar siempre lo hago y, creo que siempre soy amable. ¿O tú osas pensar que soy una borde? Es una bromita, no te mosquees.

    Bien, ¿sabes qué me pasó? Me vino a la mente un recuerdo de hace más de veinte años, antes de vivir por esta terreta, de cuando al cerrar la playa, entiéndase de manera metafórica, me iba con una amiga a la escuela de baile del cuñado y me tocaba bailar en cholas, es decir, chanclas, con un ruso que se sabía todos los pasos de la salsa, la bachata, el merengue, y todo lo que le pidieras; pero me &%$?? en la mar salada, era un robot; si le tocaba darte un giro y al lado tenías una columna te la daba igualmente, sin importarle que pudieras terminar empotrada en ella.

    Aseguro que si el ruso en cuestión se hubiese presentado a un examen teórico hubiese sacado mejor nota que el mismísimo Ricky Martin. Y ya te digo yo que en el práctico...mejor me callo que he de ser amable y las comparaciones son odiosas, ja, ja, ja. 

   Total que la teoría la sé, pero yo quiero ser la Ricky Martin de las RRSS, ja, ja, ja, que estés aquí porque te apetezca, porque pases un momentito agradable mientras te tomas el café de la mañana o, la cervecita para refrescarte; mejor aún que entres porque quieras saber de mí. Por eso, porque quiero que a ti te apetezca venir a este rincón te pregunto:

¿QUÉ TE GUSTARÍA VER POR AQUÍ?

¿DE QUÉ TE APETECE QUE HABLE?

    Muaaaaaaaaackis...muaaaaackis

Elva