
Queridísima amante de las letras, las historias de amor y los finales felices:
La imagen de una escritora es a menudo un cliché: una persona con gafas de pasta, rodeada de libros, y un aura de calma. Bueno, rodeada de libros sí, con gafas, a ver quienes me conocen saben que soy miope, así que para leer y escribir no las necesito; ejem, ni para ir por la calle. En realidad, solo me las pongo en clase, ja, ja, ja, son parte del uniforme de mi alter ego, la Elva teacher. Ja, ja, ja, de pronto, me he imaginado a mí misma cual muñeca Barbie con sus complementos. En cuanto a la calma, he de decir que soy algo contradictoria, por un lado, tengo más paciencia que el santo Job, paciencia heredada de mi santísima madre; sin embargo, por otro lado, reconozco que yo todo lo quiero para ya.
Hoy quiero mostrarte el detrás de la escena de mi vida como escritora de RomCom, un mundo lejos del mito, intentaré contarte cómo es la rutina real como escritora, cómo es ese día a día en el que dentro del caos de la realidad surge la magia de la ficción.
Tal y como puedes imaginar a estas alturas, la mayoría de los días, mi rutina de escritura no se parece en nada a la de una escritora bohemia y glamurosa. Sí, digamos que a los quince yo me imaginaba escribiendo en la buhardilla de Jo March y, eso no se parece en nada a la realidad. Es más, te diré que escribir es un auténtico acto de malabarismo entre la vida, el trabajo, y las mil cosas que hay que hacer. Pero, oye, la magia sucede dentro de mi caos organizado, sí, porque más allá del oxímoron, esa es la realidad.
¿Cuál es mi rutina?
En realidad, no hay rutina. Imposible tenerla cuando no te dedicas en exclusiva a escribir. En lugar de un horario estricto, tengo lo que podríamos llamar: rutina de guerrilla. Aprovecho cada hueco, cada momento de silencio que consigo robarle al día. Son esos cinco o diez minutos que me permiten avanzar una escena, pulir un diálogo o simplemente anotar una idea que se me ha ocurrido mientras hacía la compra.
Este mes de agosto ha sido una maravilla, porque los minutos se han convertido en horas, lo cual me ha permitido no solo terminar Ocurrió en Navidad, sino mimar este espacio, así como las redes sociales en general. Sí, sí, esa es otra, no nos olvidemos, que no solo es escribir, sino mantenerte viva, para que tú recuerdes que estoy aquí. Hoy por hoy somos muchísimas las escritoras y, si no te mantienes activa puedes ser tragada por el agujero negro del algoritmo.
En un mundo ideal, tendría un estudio precioso con una vista al jardín. Borra la idea del jardín, transfórmala en vistas al mar, a mi océano, pero mi realidad me sienta frente al ordenador en la mesa que tengo en un rincón del salón. Y la verdad, no lo cambiaría por nada. Ja, ja, ja...No me lo creo ni yo, quiero esas vistas al mar, ja, ja, ja...Sin embargo, lo importante es que yo no necesito un lugar, puedo escribir en cualquier sitio. Una vez me siento frente a la pantalla o lápiz en mano mi conexión con el mundo real desaparece para perderse en el ficticio. Sí, tengo una suerte inmensa, una gran capacidad de concentración. Así que ya ves para que la magia suceda no necesita un envoltorio maravilloso, puede surgir en cualquier lugar y en el momento más inesperado.
Y así es mi día a día. Caos, paciencia, ganas de tener vistas al mar, ja, ja, ja y, sobre todo, una pasión enorme por contar historias. Escribir una comedia romántica no es solo sentarse a teclear, es también observar la vida, escuchar a la gente y, sobre todo, reírse de uno mismo. Y ahora me encantaría saber de ti: ¿Cuál es tu "caos organizado" personal? ¿Crees que la magia solo surge en un lugar perfecto o en cualquier rincón del mundo? ¡Te leo en los comentarios!
Muaaackis...muaaackis
Elva
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Comentarios
En tu caso es obvio que la magia surge en cualquier lado, 😂