
Creo que no me equivoco al pensar que uno de los terrores de todas las que nos dedicamos a teclear historias es el silencio del teclado. ¿Miento? A mí no se me ocurre un momento más terrorífico que el de no escuchar el repiqueteo de las teclas acompañando a la música de fondo. No escuchar el sonido de las teclas es comparable a no escucharte a ti misma.
Todo el mundo habla de la terrorífica página en blanco, pero a mí más que ver esa página vacía, me asusta el silencio. No, ahora no hablo solo de las calladas teclas, sino de no escuchar las voces que nos hablan. No, no hablo de musas, yo, en particular, no creo en ellas. No creo en musas acudiendo a susurrarte historias, igual es ese gen de descreída que me posee, ese que me lleva al ateísmo, aunque oye, no creo en Dioses ni musas, pero creo en la MAGIA. ¿Incongruencia? No lo sé, pero esa soy yo.
Yo soy más seguidora de la filosofía de Picasso, creo que la INSPIRACIÓN EXISTE, PERO TIENE QUE ENCONTRARTE TRABAJANDO. La inspiración no llega sin más, ni Calíope, ni Melpómene han venido a tomar café conmigo, por cierto, tampoco es cierta la presencia de una taza de café, ni de velas aromáticas en mi mesa.
Puaff, igual ese es el motivo por el que no tengo ningún BEST-SELLER.
OMG, igual debería levantarme e ir a por unas velas,
aunque las únicas que hay en casa son de las del último cumple del pródigo, ¿funcionarán?
No, dudo que unas velas vayan a traerme la inspiración perdida y, he de decirte que la DESEADA INSPIRACIÓN muchas veces surge gracias a la RUTINA. Sí, sí, has leído bien, el acto de sentarte frente a las teclas o, de sentir el lápiz entre los dedos o, tal vez, a alguna compañera el aroma de esas velas, que nada tienen que ver con las de cumpleaños, o saborear ese primer café de la mañana te trae el hilo de la historia.
Muchos son los diálogos que yo he escrito mentalmente paseando a mi añorado Gabo, si yo tuviera que decir quién es mi muso, tendría que nombrarlo a él, porque en esos largos paseos, muchas tramas se resolvieron.
La CAPRICHOSA INSPIRACIÓN puede llegar en cualquier momento, pero lo mejor es no esperarla, sino hacerla acudir. ¿Por qué quedarte aterrada frente a la página en blanco? ¿Por qué esperar horrorizada a que las teclas vuelvan a romper su frío silencio? Paradójicamente, muchas son las veces que la mejor manera de encontrar la inspiración es no buscándola.
La compararía con el AMOR, ¿por qué? Porque considero que el amor no se busca, te encuentra. Sí, sí, tú te puedes emperifollar, ponerte tus mejores galas para que el amor de tu vida, por cierto, te advierto que el amor de tu vida has de ser tu misma, te vea con tu mejor versión. Y el CAPRICHOSO AMOR te puede pillar con pelos de loca y esa camiseta desgastada, que hace mucho tiempo pide ser jubilada.
Así que queridísima lectora, lamento romperte la imagen romántica de la escritora y, te advierto que cualquier anécdota que se te ocurra contarme puede ser el inicio de una nueva trama que rompa el odioso silencio de las teclas.
Muaaaaackis...muaaaaackis
Elva
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