
El kiosco de doña Eulalia era conocido por sus caramelos caseros, nadie como ella hacía unos caramelos tan deliciosos y, sobre todo nadie dedicaba tanta atención al envoltorio. Aquellos pequeños trocitos de dulzura estaban envueltos en crepitante colorido papel, en cuyo interior guardaba una misteriosa palabra escrita a mano por la misma doña Eulalia. Abrir aquellos pequeños pedacitos de cielo escondían de algún modo, tu destino. Ana escogía únicamente los caramelos de limón. No temía al mal fario del color amarillo, ella estaba convencida de que traían la buena fortuna, "reencuentro" rezaba en el papel que con cuidado se guardó en el bolsillo de los pantalones.
Aquella tarde de domingo, mientras el pueblo dormía bajo la típica panza de burro que los acompañaba cada verano, salió a pasear a la fresca viéndose sorprendida por una suave lluvia que caía con extremada delicadeza sobre las flores del sendero. Atrapada por el nostálgico aroma del petricor, el olor a tierra mojada siempre la transportaba a su infancia y a las tardes en casa de su abuela, a sus cuentos alrededor del más delicioso chocolate caliente con un pedazo de bizcocho de limón, creyó encontrarse en medio de un sueño. Sensación incrementada al vislumbrar a una luciérnaga flotando entre la ligera bruma sobre el antiguo pilón a espaldas de la casa del tío Enrique.
Hipnotizada con su revoloteo, siguió la parpadeante luz de la mágica criatura hasta llegar al banco en el que tantas tardes había pasado junto al que fuera su primer amor. Allí había saboreado su primer beso, la nostalgia la invadió al recordar la triste y lejana despedida, años hacía que no había vuelto a saber de él. Invadida por la melancolía de los veranos pasados se sentó en el banco, solo entonces vio uno de los inconfundibles caramelos de limón de doña Eulalia, parecía cosa de magia, del destino. Con cuidado lo abrió, comérselo era una temeridad, no sabía ni quién, ni cómo había llegado allí, pero quería leer el mensaje "te quiero". Un placentero escalofrío recorrió su cuerpo al escuchar la conocida voz que en un suave susurro repetía aquellas dos palabras.
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Comentarios
Mare de Déu!!! No sé cómo lo haces, pero siempre lo logras. ¡Me ha encantado!
Muchas gracias, Silvia, me alegro que así fuera, 😊.
Muaaaackis... muaaaackis
Alucinada me has dejado, delicioso. Ahora quiero ir al kiosco de doña Eulalia.
Ja, ja, ja...Si lo encuentras, avísame, 😃
Muaaaackis... muaaaackis
Quiero tener ese don tuyo de unir palabras, es preciosa.
Solo has de ponerte y encontrar el hilo conductor.
Muaaaackis... muaaaackis
Simplemente delicioso, de verdad no sé cómo la haces. Las musas siempre te acompañan.
Ja, ja, ja...Siempre tengo voces en la cabeza, 😂
Muaaaackis... muaaaackis
Me has dejado sin palabras.
Mientras no me quede yo sin ellas 😂
Muaaaackis... muaaaackis
Wowwwwww me encanta, porque nos dejas así. Quiero saber que pasó después de haber escuchado ese te quiero 🤩🤩😔 también quiero caramelos 🙈
Ahí entra tu imaginación, ¿qué ocurrió según tú?
Muaaaackis... muaaaackis
Sé que te lo digo siempre, pero es que me encanta esa capacidad tuya para unir las palabras y crear un relato. Siempre me quedo con ganas de saber ¿Qué más? ¡Maravilloso!
Ja, ja, ja...Ahí entras tú en juego, deja volar tu imaginación para ver qué sucede a continuación.
Muaaaackis... muaaaackis
Quiero más x favor!!!!!!! Yo tb soy de caramelos de limón