
El viejo velero se balanceaba suavemente sobre las olas, más que nunca parecía una auténtica cáscara de nuez en la inmensidad del océano. Santiago sintió frío, la agradable brisa marina comenzaba a tornarse en el frío aire nocturno, se ajustó el cuello de su camisa de algodón, gastada por el salitre y el sol, mientras observaba la belleza de la puesta de sol sobre el solitario atlántico.
Melancólico miró la vieja urna donde descansaban las cenizas de su padre, el hombre que le enseñó la importancia de la liberosis, a desprenderse de las dolorosas cargas emocionales, de las ataduras de la tierra firme y perderse en el azul infinito. Aquella travesía no solo era su escape, su forma de encontrar la paz lejos del ruido del mundo, sino sería la última que realizarían juntos.
Poco a poco las bellas tonalidades anaranjadas fueron desapareciendo según el astro rey se tumbaba en su marina cama, dando paso a la bellísima luna llena, que presumida reflejaba su eterna belleza en el cada vez más oscuro mar, creando un camino brillante que invitaba a la fantasía. De repente, una fina llovizna comenzó a caer, apenas unas gotas que golpeaban sobre la cubierta de madera. A Santiago le encantaba su sonido, esa caricia acuática que traía consigo el aroma salobre del mar. Sacó de una pequeña nevera un puñado de fresas, un lujo que guardaba para momentos como este, y las saboreó lentamente, sintiendo cómo su dulzura se mezclaba con el aire salado.
El viento soplaba más fuerte, y el frío de la noche se hizo notar. Santiago se envolvió en la vieja manta de lana, que olía a mar, a su padre y a hogar, y se sentó en la proa, contemplando el horizonte. La única compañía eran las estrellas que titilaban en el cielo y el vaivén constante del barco. Era una sensación de libertad absoluta, de ser una pequeña mota en un universo inmenso. "Aquí es", dijo en voz alta antes de coger la urna, abrirla y ver como las cenizas de su padre volaban con el viento, pareciendo danzar entre las olas hasta sumergirse en ellas. "Hasta siempre, papá".
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Comentarios
Oh!!! Sentimientos encontrados, me ha gustado, peri me ha dejadi melancólica. Sinceramente, no sé cómo lo haces.
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado, imaginaba lo de los sentimientos encontrados con el relato.
Muaaaackis...muaaaackis
Waoooooo hermoso 😥 me has dejado emocionada, cada día hay que diafrutarlo sin importar el color del cielo. Gracias
Así es hay que disfrutar cada día. Me alegra haberte emocionado, aunque te pusiera melancólica, porque es buena señal.
Muaaaackis...muaaaackis
Guauuu, me he emocionado.
Veo que todas han terminadas emocionadas con el relato.
Muaaaaackis...muaaaackis
Una vez más me quito el sombrero, has conseguido emocionarme.
Emociones a flor de piel tenemos esta semana.
Muaaaaackis...muaaaackis
He creído estar sentada junto a Santiago, me ha encantado.
Me alegra muchísimo saber que te has visualizado sentada a su lado.
Muaaaaackis...muaaaackis
¡Me encanta!
¡Me alegro!
Muaaaaackis...muaaaaackis
Acabo de llegar por casualidad, has sido todo un descubrimiento.
Bienvenida Rosa.
Muaaaaackis...muaaaackis
Un relato encantador. Lleno de sentimientos y con una descripción de detalles exquisita. Una autora de primera. Te leo
Ooh, mi querida Adriana, muchas gracias por tus halagos.
Muaaaaackis...muaaaaackis
Y aquí estoy yo llorando, despidiendo al padre de Santiago, como si hubiera estado sentada junto a él.
Siempre te lo digo, admiro y respeto ese talento increíble que tienes.
Estoy sorprendida por los sentimientos creados con el relato, mira que intuía que igual se me ponían melancólicas, pero no pensé que tanto.
Muaaaackis...muaaaackis
Guau que bonito y como consigues crear una historia con las palabras q damos y nos podamos transportar a ese momento. Mi palabra sería bronceado
Gracias Nika, anoto tu palabra.
Muaaaackis... muaaaackis