Diatribas de una escritora: Cómo ser escritora de RomCom y no morir en el intento.

Publicado el 29 de agosto de 2025, 9:21

 

   Si has llegado hasta aquí, o bien eres una de mis incondicionales lectoras, de esas que, si ahora les dijera que tengo un par de libros bajo seudónimo correrían en su busca para leerlo, o, como yo, eres escritora de RomCom y, vienes en busca de la fórmula mágica para no morir en el intento. Si estás incluida en el primer grupo, mil gracias por tu fidelidad y, no, por el momento, no escribo bajo seudónimo, aunque te diré que alguna vez me lo he planteado, ja, ja, ja. Si eres compañera de gremio,  ya sabes que ser escritora de RomCom no es fácil. No solo tenemos que lidiar con aquellos que nos creen inferiores, por dedicarnos a la RomCom, sino también con personajes que se niegan a enamorarse o, lo hacen de quien no deben y, ya para rematar con lectoras que esperan un final feliz en cada historia

    ¿Imaginas que se nos ocurriera dejar un final abierto? Alguna vez lo pensé, pero no quise terminar huyendo del país, así que lo de escribir un final a lo tragedia de Shakespeare, ni de coña me lo planteo. Además, bastante jodida es ya la vida, así que regalemos esa chispa de felicidad. Sin contar que a todas aquellas personas que me dicen que es imposible terminar siempre de manera feliz, que engañamos a las lectoras con ese amor romántico, yo siempre digo:

El final del libro no es el final de la historia, solo hemos llegado a un punto determinado.

En realidad, si ese mundo existiera, no tengo ni idea qué ocurre después con los personajes.

Igual, más de uno ha terminado como el rosario de la aurora.

 

    Bueno, volviendo al tema, querida compi de teclas, te diré que las fórmulas mágicas no existen. Sin embargo, no te preocupes, hay luz al final del túnel. Claro que esa luz ha de ser encendida por nosotras, ¿cómo? Yo te propongo algunos consejos para sobrevivir: 

 

  1. Acepta el caos de la primera versión. A veces, la primera versión de la historia es un desastre. La trama no tiene sentido, los personajes se comportan de forma extraña y el romance es más bien una comedia de errores. ¡Y eso está bien! La primera versión es solo para que te sientas libre de escribir lo que no paran de gritarte esas voces que oyes en tu cabeza. Sí, no lo niegues, estamos en el mismo bando y, ambas sabemos que escuchamos y hablamos con esas voces que nos susurran a todas horas. Tú escribe, vomita todo lo que llevas dentro, ya vendrá el momento de releer y pulir la historia. Recuerda que no hay prisas, esas siempre son malas consejeras.

  2. No te enamores de tu borrador, pero tampoco lo odies. Parece contradictorio, pero así somos, ¿miento? A ver, es importante que no te enamores de tu borrador, jamás será perfecto, siempre habrá que corregir. Sin embargo, tampoco te pongas trágica, no dejes que la impostora, esa que nos susurra sentada sobre el hombro derecho y se empeña en decirnos que no servimos, pueda más que tú. No le hagas caso. Respira, relee y pule.

  3. No tengas miedo de la comedia. El romance es importante, pero la comedia es el corazón de la historia. No tengas miedo de hacer que tus personajes se metan en situaciones embarazosas, ¿acaso no lo hacemos nosotras? ¿Acaso no es eso justo lo que lo hacen reales? ¿Quién va a empatizar con personajes perfectos? Todos metemos la pata en más de una ocasión, somos humanos y, eso es lo que los humaniza a ellos. Además recuerda mantener diálogos que te hagan sonreí, incluso soltar más de una carcajada. Piensa una cosa, ¿estarías con alguien que no te hiciera sonreír? Lo ves, pues, justo esos momentos son los que servirán de pegamento entre los personajes, a veces las situaciones más locas los hacen enamorarse.

  4. Si no te divierte, no lo escribas. No hay nada más aburrido que escribir una historia que no te divierte. Y si tú no te diviertes, ¿quién más lo hará? Si estás atascada, sal a dar un paseo, toma un café con tus amigas, mira una película o lee un libro que te inspire. Lo importante es que vuelvas a tu mesa con una sonrisa en la cara y con ganas de escribir.

  5. Aprende a amar el final feliz. Los finales felices no son un cliché, son la razón por la que amamos el género RomCom. Es cierto que no todos los finales son perfectos, pero siempre hay un beso, una reconciliación o un momento en el que la pareja se da cuenta de que están hechos el uno para el otro. Al final, lo que cuenta es que nuestros lectores se queden con una sonrisa en la cara y con el corazón lleno de esperanza.  Ahora dime, ¿tienes tú más consejos?

 

Muaaackis...muaaackis

Elva

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