
Aquella era Aquella era mi última piña colada o, la penúltima. En menos de 24 horas abandonaría Punta Cana, dejaría atrás las largas horas tumbada al sol sin hacer otra cosa que disfrutar de la vida. Ojalá las manecillas del reloj no se dieran prisa, caminaran tan despacio como el caracol al que llevaba observando desde hacía diez minutos, deslizándose por la hierba en su intento por alcanzar una rama cercana. A su lado, una diminuta rana, casi insignificante, lo miraba con ojos saltones, como si el tiempo no existiera para ninguno de los dos. Un anhelo que, en mi caso, era una batalla perdida.
Sin embargo, a pesar de estar a nada de despedirme de las vacaciones, curiosamente, no sentía tristeza. Este viaje me había dado algo más que un bronceado; me había dado claridad. Mi mente, despejada de preocupaciones, bullía con ideas para un nuevo proyecto. Volvería a casa con las maletas llenas de arena y la cabeza repleta de sueños. Y la próxima piña colada, la bebería celebrando el éxito de mi nuevo comienzo.
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Comentarios
¡Amo! Me ha encantado este relato.
Como siempre, lo haces genial.
🤩 hermoso, gracias. Fue muy poquito 😁
No todos llevan tb l fin de las vacaciones, mi braguitono lo lleva demasiado bien.Pero es una buena manera de tomárselo. Mi palabra es : espondiloartrosis
Me resulta increíble que en tan solo siete líneas hayas podido meter las seis palabras. Mi palabra VERANO.
¿Qué quieres que te diga? ¡Me encanta!