Mismamente yo: La paradoja veraniega, más tiempo para escribir, menos lectoras en RRSS.

           Si algo me caracteriza es la ironía, en algún momento hubo quien me llamó Irónica Martínez, en vez de Elva Martínez, pues, resulta que tanto levantar la ceja e ironizar con cada palabra que mi realidad es una auténtica IRONÍA. No hace falta que te explique el motivo, supongo que claro te ha quedado al leer el título del post. Cierto, que si tú estás por aquí, leyéndome, eres de las que como yo es ahora cuando tienes tiempo, ja, ja, ja...

       Curiosamente, cada vez que llega el verano o, alguna de las temporadas de parón de clases, pienso:

GENIAL, APROVECHARÉ PARA REACTIVARME EN REDES,

QUE LAS LECTORAS SEPAN QUE NO HE MUERTO.

     Sin embargo, ¿con qué me encuentro? ¡¡¡Un páramo!!! ¡¡¡Un desierto digital!!! ¡¡¡Una soledad que duele!!!Es como si, de repente, la gente se hubiera puesto de acuerdo para desconectarse. Los stories de las lecturas desaparecen. Los debates se apagan. Es como si todo el mundo hubiera decidido que la vida real, esa que sucede fuera de la pantalla, es mucho más interesante. Ja, ja, ja... Yo soy la primera persona en decir que la vida real es la que vale la pena, ja, ja, ja, pero ¿qué le vamos a hacer, tú no puedes conocer mi libro si yo no lo publicito y, justo cuando tengo tiempo es ahora? Mmm...Trastadas del destino, ¿qué le vamos a hacer? Resulta que yo no estoy al otro lado de tu hilo rojo, bueno, del tuyo que me estás leyendo sí.

    Al final, tanto decirle a mi hijo que la vida no es justa que lo veo en carne propia, al saber que tengo escrita las diatribas del viernes, que estoy a nada de ponerle punto y final al relato del miércoles, que tengo mil ideas para activar las conversaciones, que no van a existir, en el canal de IG; igual debería escribir una historia sobre una náufraga en  una isla desierta, porque así es como me siento. ¡Cuánto drama!

       Pero, pensándolo bien, no puedo enfadarme. En el fondo, me alegro. Me alegro de que la gente esté viviendo, de que esté disfrutando de un atardecer sin un filtro de por medio, de que esté riendo con sus amigos sin que la cámara de por medio. Y eso me da una idea. Quizá el verano no es solo una desconexión, sino una reconexión. Una reconexión con lo verdaderamente importante. Con el mundo que tenemos delante de nuestros ojos, no de la pantalla.

      Así que, si te has desconectado este verano, te aplaudo. Si has decidido dejar el teléfono a un lado y sumergirte en la vida, ¡enhorabuena! Y yo, mientras tanto, seguiré aquí, escribiendo en mi desierto digital, esperando que, cuando regreses, mis palabras te estén esperando. Y a ti, ¿dónde te ha pillado este verano? ¿Te has desconectado por completo o sigues en las redes sociales? ¡Cuéntamelo!

Muaaaaackis...muaaaaaackis

Elva