Diatribas de una escritora: el placer de leer.

Publicado el 11 de agosto de 2023, 8:50

Mismamente yo: El vértigo del regreso

    Hoy no te voy a hablar de Gara ni de Eduardo, ni voy a presentarte, por el momento, a los personajes secundarios. Te advierto que a unos de ellos los amarás, a otros los odiarás y a otros... bueno, llegado el momento hablaremos. Hoy vengo a hablarte de la autora, de esa que se ha pasado todo el verano pegada a las teclas mientras Gara le susurraba su historia. Es decir, hoy me quito la máscara para hablarte de mí.

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Conoce a la pareja de OCURRIÓ EN NAVIDAD: Gara y Eduardo.

    El lunes ya te presenté la historia: traición, huida a la playa y un reencuentro explosivo con el amigo de la infancia. Pero OCURRIÓ EN NAVIDAD es mucho más que trama. Son sus personajes, con sus luces y sus muchas sombras. Hoy te invito a bucear en la mente y el corazón de Gara y Eduardo.

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Ocurrió en Navidad

    ¡Ha llegado el momento! La novela de la que te llevo hablando todo el verano, la que me ha tenido en un sinvivir (entre la euforia y el pánico más absoluto, como buena escritora de RomCom), ya está aquí para revolucionar tu Navidad. Agárrate fuerte, porque OCURRIÓ EN NAVIDAD es todo lo que no esperas de una historia navideña... ¡y todo lo que necesitas!

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Mismamente yo: Navidad sin nieve

    Lo reconozco, todas las dudas me asaltan. No, no es el nerviosismo típico tras ver tu novela terminada, tengo las mismas dudas desde el mismo momento en el que OCURRIÓ EN NAVIDAD surgió en mi cabeza. Ojito, no es que no confíe en la historia, sin duda alguna, es un caballito ganador. Tiene de todo lo que una buena RomCom ha de tener:

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El relato del miércoles: La guardiana de la luna y el invierno

      Eterno se le había hecho el ya lejano verano. Breve el otoño que, tras teñir de naranjas y marrones las hojas de los árboles, había dado paso al frío invierno, que parecía haber caído en el pueblo como un sudario gris y silencioso. Nada quedaba de la gama cromática otoñal, ahora los árboles lucían orgullosos su esquelética desnudez arañando un cielo del color del plomo bajo el melancólico aroma a tierra húmeda y a los últimos rescoldos de las chimeneas. En el viejo faro, deshabitado desde hacía décadas, se habían encendido unas luces inusuales la noche anterior, alimentando los misterios que el pueblo susurraba sobre su pasado.

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Mismamente yo: Yo y mis mini-yo

       Entre tú y yo, ahora mismo tengo un debate interno conmigo misma, una parte de mí me dice que dejé de estar escribiendo posts y de organizar la próxima semana y me centre en terminar de corregir Ocurrió en Navidad. Ja, ilusa de mí creí que hoy, para ti el pasado viernes (ahora mismo son las 19.10, las 18.10 en el paraíso, del viernes), les pasaría el manuscrito corregido y recorregido a las lectoras BETA, ja, ja, ja, ya he tenido que pedirles perdón porque con menos día de retraso estaba yo haciéndome la prueba de embarazo, ja, ja, ja, eso sí, no me trajeron un ramillete de tests como a Vivi en Historias de mi Escalera, ja, ja, ja, con uno tuvimos de sobra.

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        A finales de la década de los cincuenta del siglo pasado Saritísima, es decir, Sara Montiel, cantaba aquello de «fumar es un placer genial, sensual...». No, no se confundan, no voy a hacer apología del tabaco, simplemente, a mi cabeza vino ese inicio de canción, solo que modificado, cuando me planteé escribir sobre el placer de la lectura. 

             «Leer es un placer genial, sensual...»

      ¿Qué es el placer? El DRAE describe el concepto en su segunda entrada como: goce o disfrute físico o espiritual producido por la realización o percepción de algo que te gusta. Conclusión: leer es un placer para ti y para mí, pero no tiene que serlo para el vecino del quinto al que le aburre soberanamente la mera idea de abrir un libro. Muy probablemente su no disfrute de la lectura sea por no haber encontrado el libro que lo atrape o, por haber asimilado la lectura con la tortura de leer por obligación algo que no te gusta, como antaño ocurría en el colegio. Sí, hubo una época en la que con diez años leíamos El Lazarillo de Tormes, cuando no es una novela para la edad y no íbamos a entender la irónica visión que el autor nos da de la sociedad de la época. 

    Por cierto, no sé si saben que en 2010 la paleógrafa Mercedes Agulló presentó un estudio en el que defendía que el autor de la célebre novela picaresca es Diego Hurtado de Mendoza, relevante personalidad de la Andalucia del siglo XXI. Obvio, el escritor ocultaría su autoría por el claro contenido anticlerical de la obra, algo que una niña de diez años va a pillar a la perfección, ja, ja, ja...

    Dicho esto, regresemos a la idea de esa deliciosa sensación de placer producida cuando nos sumergimos en la lectura, esa inyección de dopamina que nos hace disfrutar a lo grande, dicho así parece que hable de un orgasmo. Mmm... Nadie dice que no se pueda tener un orgasmo literario, muchas fueron las lectoras que llegaron a él con el denostado y admirado Cincuenta Sombras de Grey. ¿Miento?

     Siguiendo con el símil sexual, en la lectura al igual que en el sexo a veces sucede que... no sucede nada, que no disfrutas, no hay placer. No hay esa electricidad, ese feeling, ese querer más. Ojito, hablo de la lectura, si en tus relaciones sexuales no disfrutas, querida mía tienes un problema. En pocas palabras y siendo sincera, leer no siempre es un placer 

   Me pondré yo como ejemplo, yo adoro leer, es más en casa todos amamos la lectura, el único que no lee es el canino, para compensar lleva nombre de premio nobel de literatura, ja, ja, ja. Dejemos al peludo a un lado, justo ahí lo tengo, no sé si porque es como mi propia sombra o, porque está disfrutando del aire acondicionado. Mmm... Hoy más lo segundo que lo primero, ja, ja, ja... 

     ¡Elva, céntrate!

   Adoro leer (curioso, mi subconsciente me había traicionado y en vez de leer había escrito escribir), sin embargo, he llegado a un momento en mi vida en el que si un libro no me gusta lo cierro sin sentimiento de culpa alguno. ¿Te comes algo que no te gusta? No me digan que sí, porque de ser así son un poco masoquistas... ¿Por qué terminar de leer un libro que no te dice absolutamente nada, que no te provoca placer? ¿Seguirías con tu pareja solo porque un día estuviste enamorada aunque ahora no sientas nada? 

   Ojo, podría ocurrir que el libro sea bueno, pero no era para ti, porque bien no te gusta el género o no te encontrabas en el mejor momento para leerlo. Igual, lees ese libro en otro momento y no sientes lo mismo. Eso puede ocurrir en ambos sentidos, algo que te atrapó vuelves a leerlo e igual no te provoca los mismos sentimientos. Igual un día de estos me vuelvo a poner Tal como éramos y consigo no llorar desde que suena la música, igual no les grito al final...

   En fin, ahora mi yo cotilla quiere conocer tu relación con los libros, ¿terminas de leer un libro que no te ha atrapado desde sus primeras páginas? Recuerda que te leo, prometo responderte.

Muaaaaaackis... muaaackis

Elva Martínez 

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Comentarios

Loli
hace 2 años

Hola! yo soy de las que también leo por placer(y en esta epoca tecnología que nos está tocando vivir,también me encanta escuchar libros. Así que paso el día entre letras). A mi si las primeras 50 páginas no me atrapan, cierro el libro y paso otro. Por cierto me encanta tus diatribas, intentaré seguir leyendolas y comentando, cuando vuelva la rutina 😉

Elva
hace 2 años

Hola, Loli
Yo aún no he probado el audiolibro. Miento en spotify escuché una novela en inglés por capítulo, pero no cuenta que lo hice para comprobar si recomendaba a mis alumnos.
Me alegra tenerte por aquí y, exacto sin en un promedio de páginas no te atrapa a otra cosa mariposa.
Muaaackis...muaaackis
Elva

Vivian
hace 2 años

Pues mi placer de leer comenzó hace algunos años, nunca había sido amante de la lectura. Pero a la vez comencé, pues he seguido. Claro que tengo unos lapsos donde no leo nada, como que me tomo una pausa.

Antes era de las que terminaba el libro que comenzaba, aún sin engancharme, pero ahora, sino me gusta, lo cierro en la aplicación y busco otro. No puedo leer más de un libro a la vez, porque no me gusta.

Elva
hace 2 años

Todos necesitamos encontrar ese género que nos guste y, bien hecho, los libros son para disfrutar, si una historia no te gusta no tienes por qué terminarla.
Muaaackis...muaaackis
Elva