Diatribas de una escritora: el placer de leer.

Publicado el 11 de agosto de 2023, 8:50

Diatribas de una escritora: ¿La escritora nace o se hace?

          Todo el mundo puede escribir. No, no son palabras mías, es una afirmación que en estos días he leído por las RRSS. Afirmación, que no sé tú, pero yo, no comparto. De hecho, igual tú misma piensas que yo no tengo idea de escribir, ja, ja, ja, espero que no sea así; quiero pensar que has llegado aquí através de mis historias y, no por una cierta dosis de masoquismo.

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Diatribas de una escritora: Del algoritmo y otros demonios...

    El pasado verano, tras más de medio año de total inactividad en redes, decidí volver a ponerme las pilas. Curioso, luego volví a estar desaparecida, sí, lo reconozco, últimamente, estoy en modo Guadiana, apareciendo y desapareciendo en el camino. Bien, el asunto es que en aquel momento pensé que era el momento de regresar o de abandonar la faceta de escritora por siempre. 

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Diatribas de una escritora: Creando personajes.

       La semana pasada comentaba que en una de mis charlas con la IA me había sugerido hablar sobre mis personajes. Tema con el que no fue muy original o, visto de otro modo, igual he de darle la razón porque muchas han sido las veces que ustedes, es decir, mis lectoras, me han preguntado por el proceso de creación de los personajes. Sin ir más lejos, esta misma semana varias lectoras me han sugerido este tema cuando pregunté qué les gustaría leer en mis redes.

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Diatribas de una escritora: El nuevo cliché.

        Siempre he pensado que la realidad supera a la ficción, utilizando un símil futbolístico, por goleada. Ups, como la que pensaba que ayer Mbappé and cía le iba a dar a mi U.D. Las Palmas, pero nooo, no fue así. No, no voy a hablar de fútbol, sino del trending topic de la semana, es decir, ligoteo de supermercado.

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Diatribas de una escritora: El hilo de la discordia.

     Ojiplática, así me quedé el otro día y, fíjate por donde estoy metiendo la pata desde la primerísima palabra escrita. Te digo yo que no tengo perdón, pues, aún sabiendo que a ti como lectora no te gustan ese tipo de expresiones, voy yo y me creo en el derecho de pasarme las modas por el capuchón del  bolígrafo. Sí, lo sé, me he inventado la expresión, otra licencia que me permito, como la de dirigirme directamente a ti. Ja, si es que soy carne de gusanos, puafff, borro la metáfora, no soporto la imagen, me da mucha grima.

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Diatribas de una escritora: Cuando hablo sola...

        Esta mañana, para ti ayer, maravilla de los saltos temporales que escritores y lectores nos podemos permitir, abría un hilo en Threads. Un hilo o, más bien, el famoso melón o, como dirían los ingleses, «open a can of worms», expresión que tanto les gustó a mis alumnos de C1, bueno, en el dichoso hilo, que me voy por los cerros de Úbeda, comentaba que en estas últimas semanas en las que me he estad moviendo por aquellos lares no había podido evitar analizar a mis compañeros de teclas, incluyéndome a mí misma.

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Diatribas de una escritora: La dura realidad de ser autopublicada.

      Uno de los aspectos más pesados y tediosos cuando eres escritora autopublicada es el tiempo incalculable que has de dedicar al marketing y promoción de tu trabajo. Sinceramente, a veces tengo ganas de dejar mi trabajo a su suerte, que sea el destino, el azar o la divina providencia los que muevan los hilos de su futuro, para bien o para mal; pero, no soy así, no puedo abandonar a los personajes sin darles una oportunidad de poder vivir su historia. 

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Mismamente yo

       Aquí estoy, aún no da el reloj las 10am, las 9am en el paraíso, y estoy sentada tranquilamente en el salón. Bueno, tranquilamente pero no en silencio, llevo más de media hora escuchando una sierra mecánica o, lo que quiera que sea, no sé si es un jardinero MASACRANDO el jardín del chalet de la esquina o DESCUARTIZANDO a alguien. 

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Diatribas de una escritora: Creadora de ilusiones.

     Hablábamos la semana pasada sobre el síndrome del impostor, lo complicado que resulta reconocerse a uno mismo como, por ejemplo, una escritora o, por el contrario, lo fácil que es considerarse como una intrusa en el mundo literario. Por eso, hoy continúo de alguna manera con este mismo tema, porque recordé un post antiguo de cuando escribía en afilando mi pluma. 

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        A finales de la década de los cincuenta del siglo pasado Saritísima, es decir, Sara Montiel, cantaba aquello de «fumar es un placer genial, sensual...». No, no se confundan, no voy a hacer apología del tabaco, simplemente, a mi cabeza vino ese inicio de canción, solo que modificado, cuando me planteé escribir sobre el placer de la lectura. 

             «Leer es un placer genial, sensual...»

      ¿Qué es el placer? El DRAE describe el concepto en su segunda entrada como: goce o disfrute físico o espiritual producido por la realización o percepción de algo que te gusta. Conclusión: leer es un placer para ti y para mí, pero no tiene que serlo para el vecino del quinto al que le aburre soberanamente la mera idea de abrir un libro. Muy probablemente su no disfrute de la lectura sea por no haber encontrado el libro que lo atrape o, por haber asimilado la lectura con la tortura de leer por obligación algo que no te gusta, como antaño ocurría en el colegio. Sí, hubo una época en la que con diez años leíamos El Lazarillo de Tormes, cuando no es una novela para la edad y no íbamos a entender la irónica visión que el autor nos da de la sociedad de la época. 

    Por cierto, no sé si saben que en 2010 la paleógrafa Mercedes Agulló presentó un estudio en el que defendía que el autor de la célebre novela picaresca es Diego Hurtado de Mendoza, relevante personalidad de la Andalucia del siglo XXI. Obvio, el escritor ocultaría su autoría por el claro contenido anticlerical de la obra, algo que una niña de diez años va a pillar a la perfección, ja, ja, ja...

    Dicho esto, regresemos a la idea de esa deliciosa sensación de placer producida cuando nos sumergimos en la lectura, esa inyección de dopamina que nos hace disfrutar a lo grande, dicho así parece que hable de un orgasmo. Mmm... Nadie dice que no se pueda tener un orgasmo literario, muchas fueron las lectoras que llegaron a él con el denostado y admirado Cincuenta Sombras de Grey. ¿Miento?

     Siguiendo con el símil sexual, en la lectura al igual que en el sexo a veces sucede que... no sucede nada, que no disfrutas, no hay placer. No hay esa electricidad, ese feeling, ese querer más. Ojito, hablo de la lectura, si en tus relaciones sexuales no disfrutas, querida mía tienes un problema. En pocas palabras y siendo sincera, leer no siempre es un placer 

   Me pondré yo como ejemplo, yo adoro leer, es más en casa todos amamos la lectura, el único que no lee es el canino, para compensar lleva nombre de premio nobel de literatura, ja, ja, ja. Dejemos al peludo a un lado, justo ahí lo tengo, no sé si porque es como mi propia sombra o, porque está disfrutando del aire acondicionado. Mmm... Hoy más lo segundo que lo primero, ja, ja, ja... 

     ¡Elva, céntrate!

   Adoro leer (curioso, mi subconsciente me había traicionado y en vez de leer había escrito escribir), sin embargo, he llegado a un momento en mi vida en el que si un libro no me gusta lo cierro sin sentimiento de culpa alguno. ¿Te comes algo que no te gusta? No me digan que sí, porque de ser así son un poco masoquistas... ¿Por qué terminar de leer un libro que no te dice absolutamente nada, que no te provoca placer? ¿Seguirías con tu pareja solo porque un día estuviste enamorada aunque ahora no sientas nada? 

   Ojo, podría ocurrir que el libro sea bueno, pero no era para ti, porque bien no te gusta el género o no te encontrabas en el mejor momento para leerlo. Igual, lees ese libro en otro momento y no sientes lo mismo. Eso puede ocurrir en ambos sentidos, algo que te atrapó vuelves a leerlo e igual no te provoca los mismos sentimientos. Igual un día de estos me vuelvo a poner Tal como éramos y consigo no llorar desde que suena la música, igual no les grito al final...

   En fin, ahora mi yo cotilla quiere conocer tu relación con los libros, ¿terminas de leer un libro que no te ha atrapado desde sus primeras páginas? Recuerda que te leo, prometo responderte.

Muaaaaaackis... muaaackis

Elva Martínez 

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Comentarios

Loli
hace 2 años

Hola! yo soy de las que también leo por placer(y en esta epoca tecnología que nos está tocando vivir,también me encanta escuchar libros. Así que paso el día entre letras). A mi si las primeras 50 páginas no me atrapan, cierro el libro y paso otro. Por cierto me encanta tus diatribas, intentaré seguir leyendolas y comentando, cuando vuelva la rutina 😉

Elva
hace 2 años

Hola, Loli
Yo aún no he probado el audiolibro. Miento en spotify escuché una novela en inglés por capítulo, pero no cuenta que lo hice para comprobar si recomendaba a mis alumnos.
Me alegra tenerte por aquí y, exacto sin en un promedio de páginas no te atrapa a otra cosa mariposa.
Muaaackis...muaaackis
Elva

Vivian
hace 2 años

Pues mi placer de leer comenzó hace algunos años, nunca había sido amante de la lectura. Pero a la vez comencé, pues he seguido. Claro que tengo unos lapsos donde no leo nada, como que me tomo una pausa.

Antes era de las que terminaba el libro que comenzaba, aún sin engancharme, pero ahora, sino me gusta, lo cierro en la aplicación y busco otro. No puedo leer más de un libro a la vez, porque no me gusta.

Elva
hace 2 años

Todos necesitamos encontrar ese género que nos guste y, bien hecho, los libros son para disfrutar, si una historia no te gusta no tienes por qué terminarla.
Muaaackis...muaaackis
Elva